Maradona tuvo todo lo que había pedido en la previa de su debut como director técnico. El Monumental completamente lleno, con recaudación record. Las ovaciones para todo el equipo (Tevez, Messi y Mascherano como estandartes) “que salgan aplaudidos como salí yo muchas veces”, había declarado el diez en la previa.
Argentina ganó, goleó y gustó como hacía tiempo no pasaba. Con un primer tiempo discreto y un lindo gol de la pulga Messi, tras una gran jugada individual de Zanetti, se pudo poner en ventaja promediando la etapa inicial.
Ya después de abrir el marcador, todo fue más tranquilo para los jugadores y la gente en las tribunas hasta el pitido del árbitro marcando el descanso.
No hubo tiempo ni de acomodarse en la segunda parte, cuando el nuevo Nº 10 de la selección hizo unas de sus jugadas típicas arrancando por el lateral derecho, dejando parados a los rivales y llegando hasta el fondo para mandar el centro atrás y que Tevez marque el segundo tanto albiceleste.
Luego sí se vio el gran juego esperado y que hace ilusionar a todos.
Pasaron los minutos y llegaron los goles de Maxi Rodríguez y el de Agüero para sellar la victoria por 4 a 0 sobre una tibia Venezuela.
El juez marca el final. Ovación y aplausos de todo un Monumental efervescente despiden a los jugadores, pero sin dudas el más ovacionado, por cada unos que estuvo en el estadio, no transpiro dentro del campo de juego sino en el banco de suplentes dando indicaciones en su noche soñada. La hinchada cantando el clásico “Ole… ole… ole… Diegoooo… Diegoooo…” hasta quedarse sin vos.
El miércoles nos espera Bolivia en la altura de La Paz para seguir mejorando futbolísticamente (sobre todo la parte defensiva) e ir asegurándose un lugarcito para el mundial del año que viene.
La selección empezó a reencontrarse con los argentinos. El amor ya se siente a la vuelta de la esquina y ojalá que venga con muchas alegrías y conquistas. Y si es posible (déjenme expresar un deseo) que dure para toda la vida.
Argentina ganó, goleó y gustó como hacía tiempo no pasaba. Con un primer tiempo discreto y un lindo gol de la pulga Messi, tras una gran jugada individual de Zanetti, se pudo poner en ventaja promediando la etapa inicial.
Ya después de abrir el marcador, todo fue más tranquilo para los jugadores y la gente en las tribunas hasta el pitido del árbitro marcando el descanso.
No hubo tiempo ni de acomodarse en la segunda parte, cuando el nuevo Nº 10 de la selección hizo unas de sus jugadas típicas arrancando por el lateral derecho, dejando parados a los rivales y llegando hasta el fondo para mandar el centro atrás y que Tevez marque el segundo tanto albiceleste.
Luego sí se vio el gran juego esperado y que hace ilusionar a todos.
Pasaron los minutos y llegaron los goles de Maxi Rodríguez y el de Agüero para sellar la victoria por 4 a 0 sobre una tibia Venezuela.
El juez marca el final. Ovación y aplausos de todo un Monumental efervescente despiden a los jugadores, pero sin dudas el más ovacionado, por cada unos que estuvo en el estadio, no transpiro dentro del campo de juego sino en el banco de suplentes dando indicaciones en su noche soñada. La hinchada cantando el clásico “Ole… ole… ole… Diegoooo… Diegoooo…” hasta quedarse sin vos.
El miércoles nos espera Bolivia en la altura de La Paz para seguir mejorando futbolísticamente (sobre todo la parte defensiva) e ir asegurándose un lugarcito para el mundial del año que viene.
La selección empezó a reencontrarse con los argentinos. El amor ya se siente a la vuelta de la esquina y ojalá que venga con muchas alegrías y conquistas. Y si es posible (déjenme expresar un deseo) que dure para toda la vida.
