En un día soleado y perfecto, con el arco iris presente, miles y miles de personas (y extranjeros en su amplia mayoría pasean por el Parque Nacional Iguazú desde la mañana temprano hasta la tarde. Las pasarelas quedan chicas para tanto caudal de peatones que las transitan, especialmente en horas del mediodía. Calor agobiante con picos de 35°C son moneda corriente en la provincia misionera. Por eso hay que llevar abundante agua, ropa clara y holgada, y muchas ganas de mojarse entre los saltos y cascadas.
Párrafo aparte para la excursión acuática que me llevo debajo del salto San Martín, a pesar de su alto costo ($150 pesos para 10 minutos aproximadamente) fue una verdadera maravilla quedar debajo de tanta cantidad de agua al borde de la desesperación por no poder respirar, con los ojos cerrados por el agua que nos entra, la ropa totalmente empapada y los gritos de toda la gente ante semejante espectáculo.
Una belleza que merece ser conocida por todos, la inmensidad de la naturaleza nos deja pequeñitos ante ella.
Un nuevo viaje se termina con amplia emoción y satisfacción de haber conocido y transitado durante 2 días este orgullo de misioneros y argentinos: Las Cataratas del Iguazú nueva maravilla mundial, de Argentina para el mundo.
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