miércoles, 1 de abril de 2009

LA DEMOCRACIA Y LA ARGENTINA DE LUTO: MURIO ALFONSIN


Tristeza. Desolación. Eso sentía ayer a la noche. Bajé a cenar a eso de las 21 Hs, cuando me entero de la triste noticia. ¿Murió Alfonsín?, Uhhhh la puta madreeee….
Mi mamá y mi hermano me dicen: ¿Cómo recién te enteras?, hace como una hora ya que están todos dando lo mismo, me contestaron. Nunca más saque los ojos de la tele.
Todos los canales de aire y de cable mostrando y rememorando sus frases, sus discursos, sus grandes gestos para la democracia de nuestro país. Para que hoy, y muy a pesar de todo lo que vivimos estos días, podamos expresarnos libremente.

La gente se acercó hasta su departamento de la Av. Santa Fe espontáneamente. Miles y miles de ciudadanos ponían velas, gritaban y lloraban por el hombre que se había ido.
¿Qué político de la actualidad podría generar algo así en nuestra sociedad? Yo creo que ninguno. ¿Qué dirigente de turno puede poner al pueblo tan triste como lo esta hoy? Ninguno, claro está.

Lo del día de hoy fue increíble, sorprendente, majestuoso. Cuadras y cuadras de gente, todos para despedir a quién nos devolvió la alegría allá por 1983. Y todavía hay mucha más esperando por entrar al Congreso para verlo y rendirle su agradecimiento.

Entre tanta gente también están todos los políticos (nuestros políticos). Esos que no nos dan admiración, sino, que por el contario, los que nos dan vergüenza. No puedo evitar hacer futurología y preguntarme ¿qué político de los que desfilaron hoy podría generar algo semejante? Más de uno se pondría contento con la muerte de unos cuantos de estos “vendedores” de la patria.

25 años cumplió la vuelta a la democracia. 25 años son los que tengo yo. Hace 25 años con la democracia volvía la esperanza de construir un país mejor. Volvieron las instituciones, los partidos políticos. Se terminaba la prohibición de las películas nacionales, del rock nacional, de las revistas, de los cómics… se terminaba la censura que habían inventado los milicos. Volvía la libertad de expresión. Yo y muchos jóvenes nacimos afortunadamente con ella, pero no nos olvidemos como vivían nuestros padres, quizás algún hermano mayor o algún primo en esos años de mierda donde no se podía ni salir a la calle de noche.

La pérdida es irreparable. Un hombre fiel a sus ideales y convicciones. Alguien que se la jugo de lleno por nuestro país y puso los huevos que nadie puso. Encarceló a los militares con el juicio de la juntas. Lucho por los derechos humanos en serio, no descolgó un par de cuadros nada más…

Es el único ex presidente que no fue acusado de corrupción y enriquecimiento personal. Me causa gracia y es paradójico pero lo que debería ser algo normal en cualquier parte del mundo acá es una excepción. Todos roban y a eso nos acostumbraron nuestros políticos, solo les importa “su” poder.

No soy ni radical ni peronista. No soy ni de River ni de Boca. ¿Qué significa eso? Qué no es necesario ser de uno u de otro para respetar a alguien u algo. No todo es negro o blanco como muchos piensan o nos hacen creer los que hoy están en el poder. Basta de dividir al pueblo señores, llamen al diálogo y al consenso para lograr que los ideales de Alfonsín vuelvan a tener sentido.

La democracia está en peligro, estamos muy mal en serio. ¿Qué tiene que ver esta democracia con la de 1983? Si ahí la gente y las familias llenaban la Plaza de Mayo. No se hablaba del “pancho y la Coca”, de los punteros políticos como en la actualidad. Hoy se vota al menos malo y a muchos ni les interesa ir a las urnas.

Ojalá que la muerte del señor demócrata (como muchos lo llaman) haga reflexionar a todos los argentinos para que volvamos a unirnos y vivir como queremos o soñamos. Que nuestros políticos tomen su ejemplo de una vez por todas.

El 30 de octubre de 1983 volvían las urnas a la Argentina y, con ello, un presidente electo por el voto del pueblo.
Ese día histórico, el señor Raúl Ricardo Alfonsín dijo: “HOY RECUPERAMOS LA DEMOCRACIA, AHORA RECUPEREMOS LA REPUBLICA”
Algo se hizo, pero mucho falta por hacer. De cada uno de nosotros depende.

Ahora se me pianta un lagrimón. La tristeza todavía, no se fue de mi…

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